La conservación ex situ de los parientes silvestres de cultivos, que consiste en protegerlos fuera de su hábitat natural, es esencial tanto para prevenir la pérdida de diversidad genética de los PSC como para facilitar el uso de su diversidad en la mejora de los cultivos. Por el contrario, la conservación in situ consiste en mantener y recuperar poblaciones de especies de parientes silvestres de cultivos en su entorno natural, y es necesaria para garantizar que sigan creciendo en el campo y que intercambien genes de forma natural entre sí y con sus parientes cultivados.
Los parientes silvestres de cultivos se guardan ex situ en colecciones de diversidad de cultivos y en bancos de germoplasma internacionales como el de CGIAR, el Banco de Semillas del Milenio y la Bóveda Global de Semillas de Svalbard. Algunos ejemplos de conservación in situ de PSC son la Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán en Jalisco, México, que preserva el pariente del maíz Zea diploperennis, y la Reserva Erebuni en Armenia, que ayuda a conservar varios parientes silvestres del trigo y otras especies silvestres de cereales.[i] En algunos casos, los PSC son el objetivo principal de la conservación in situ, mientras que en otros, los PSC están presentes en áreas ya protegidas para otros fines.